Son muchas las cosas que se pueden poner en tela de juicio al respecto de las principales tradiciones y pasiones de la localidad pero, lo que está claro, es que Ayamonte, nuestro querido pueblo, es rociero. Así lo demuestra cada año el lunes de camino, justo una semana antes de la procesión de la Blanca Paloma, día en el que parten las carretas y sus peregrinos para encontrarse con la Virgen.
La Hermandad del Rocío de este pueblo cuenta con casi 50 años de historia y con casi mil hermanos. Una hermandad que, haciendo honor a su nombre, se caracteriza por su buen hacer, por su unión y generosidad.
Los Rocíos siempre son especiales, pero éste lo ha sido más si cabe, después de los durísimos dos años de pandemia que hemos vivido y en los que la romería no ha podido celebrarse. Así lo pregonó Sebastián Rodríguez Rico en una emocionante ocasión, que encandiló y emociono a todos los ayamontinos y ayamontinas allí presentes.
Por ello, por ser este año tan ansiado y sin igual en la historia reciente, Priinet quiso estar presente este año en el camino de Ayamonte, con una pequeña muestra de cariño y apoyo a todos los rocieros y rocieras.
En su salida desde el pueblo el lunes por la mañana quisimos tener un detalle con los peregrinos que comenzaban el camino hacia la ermita de la Blanca Paloma y le regalamos un abanico para aliviar las calores de esos días de junio.
Desde nuestra web, deseamos de corazón que nuestros clientes y amigos rocieros hayan tenido un buen camino y un maravilloso Rocío, y que disfruten de todos y cada uno de los días que quedan hasta volver a verla de nuevo, que ya son menos.